viernes, 27 de mayo de 2011

Soy un fue, soy un será, y un es cansado...

Creo que la vida es un regalo. Un regalo que menospreciamos o un regalo que adoramos. Un regalo que nos enseña las mil maravillas del mundo. Pero nunca sabremos exactamente cual es la mejor maravilla del mundo. Estamos cegados en la interperie de la soledad. El abismo solo se encuentra en nuestros corazones, dentro de una cajita negra y roja que nos niega el corazón y el ser amado. Tal vez, la vida sea el mejor regalo del mundo. Tal vez, nosotros seamos ese regalo caído desde las más profundas raíces de descendencia paternal. Adorados y esclavizados por el mismo Sol que alumbra nuestros días, que oscurece nuestras noches de verano y nos manda callar con el silencio de Otoño. Quizás nos ama en Primavera, pero nos amolda en Invierno. Quizás no sepamos que es la libertad. Quizás sea una exclamación. Solo un sentimiento de autocompasión que nace en los amargos pensamientos de un mentecato. Quizás solo con una rosa, solo con un calmado pétalo del rostro. Esa textura áspera y lisa. No renuncies pasión a los empeños de la frialdad humana, solo es envidia. Muere por donde encuentras el Sur, ya que por el Norte naciste quebrada. Seguro que reúnes a todas aquellas piadosas almas que se apiadan de ti.