lunes, 12 de marzo de 2012

Homenaje a Andrea Tirado




Homenaje a Baudelaire

Suelen, por divertirse, los mozos marineros
cazar albatros, grandes pájaros de los mares
que siguen lentamente, indolentes viajeros,
el barco, que navega sobre abismos y azares.


Apenas los arrojan allí sobre cubierta,
príncipes del azul, torpes y avergonzados,
el ala grande y blanca aflojan como muerta
y la dejan, cual remos, caer a sus costados.


¡Que débil y que inútil ahora el viajero alado!
El, antes tan hermoso, ¡que grotesco en el suelo!
Con su pipa uno de ellos el pico le ha quemado,
otro imita, renqueando, del inválido el vuelo.


El poeta es igual ... Allá arriba, en la altura,
¡qué importan flechas, rayos, tempestad desatada!
Desterrado en el mundo, concluyó la aventura:
¡sus alas de gigante no le sirven de nada!

miércoles, 7 de marzo de 2012

Vaguedades 1

Me siento como un vagabundo,
el cual se arropa a sí mismo,
con su propia lástima:
Los mismos movimientos
 con los que el perro se encoge
para acostarse, siempre tan encogido...

Levanto la mirada algunas veces
para vislumbrar, no más que
de vez en cuando, el abismo de la pobreza,
penuria tan llena de estiércol
que es la propia Tierra.

No deberíamos existir los personajes
tan coléricamente compasivos,
tan pisoteados por sus propias palabras
que nos hacen sentirnos presos
de nuestras mismas ideas,
ese fruto tan conocido por la mente.

Tal vez sólo sean los sueños de un rimador antiguo,
de inacabadas frases. Pero existen tantos "Tal vez"
en esta insuntuosa y apenas apetecible infinitez
del ser humano: Todo su poder tizna la melodía infinita
tocada incansablemente por la naturaleza,
siempre tan servicialmente obtusa y egolatra...

Todo lo colocará el tiempo llano, tarde o temprano.

jueves, 1 de marzo de 2012

Soneto 104 de Petrarca

No tengo paz ni puedo hacer la guerra;
temo y espero, y del ardor al hielo paso,
y vuelo para el cielo, bajo a la tierra,
nada aprieto, y a todo el mundo abrazo.

Prisión que no se cierra ni des-cierra,
No me detiene ni suelta el duro lazo;
entre libre y sumisa el alma errante,
no es vivo ni muerto el cuerpo lacio.

Veo sin ojos, grito en vano;
sueño morir y ayuda imploro;
a mí me odio y a otros después amo.

Me alimenta el dolor y llorando reí;
La muerte y la vida al fin deploro:
En este estado estoy, mujer, por tí.