miércoles, 7 de marzo de 2012

Vaguedades 1

Me siento como un vagabundo,
el cual se arropa a sí mismo,
con su propia lástima:
Los mismos movimientos
 con los que el perro se encoge
para acostarse, siempre tan encogido...

Levanto la mirada algunas veces
para vislumbrar, no más que
de vez en cuando, el abismo de la pobreza,
penuria tan llena de estiércol
que es la propia Tierra.

No deberíamos existir los personajes
tan coléricamente compasivos,
tan pisoteados por sus propias palabras
que nos hacen sentirnos presos
de nuestras mismas ideas,
ese fruto tan conocido por la mente.

Tal vez sólo sean los sueños de un rimador antiguo,
de inacabadas frases. Pero existen tantos "Tal vez"
en esta insuntuosa y apenas apetecible infinitez
del ser humano: Todo su poder tizna la melodía infinita
tocada incansablemente por la naturaleza,
siempre tan servicialmente obtusa y egolatra...

Todo lo colocará el tiempo llano, tarde o temprano.

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