sábado, 6 de abril de 2013

Franz Kafka


No es necesario que salgas de casa. Quédate a tu mesa y escucha. Ni siquiera esuches, espera solamente. Ni siquiera esperes, quédate solo y en silencio. El mundo llegará a ti para hacerse desenmascarar, no puede dejar de hacerlo, se prosternará extático a tus pies. 

Luego levantate, sal de tu casa. Olvidate de todo cuanto has comprendido y grita a voces como todos los demás. El ruido ensordecedor del tráfico enmudecerá tus palabras. 

Siempre puedes escoger con que momento quedarte.

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