¡Oh, Poesía! ¡Oh,
tesoro! ¡Oh, tú, perla mental!
Los tumultos del
pecho, las borrascas del mar
no podrán impedir
que tu ropa irisada
junte tantos
colores que al final te dan forma.
Pero apenas te
ven en la frente viril,
ante el pálido
brillo misterioso que tienes,
todo el vulgo
asustado lanza horribles blasfemias.
[…]
Alfred
de Vigny