Delicado
rostro, fruto de tu ser. ¿No crees que lloverá?
Pobre
alma excitada desde la infancia, así subsistes.
Porque
los graves sueños resurgen, así te llamas mujer.
Pero,
asimismo, del todo no sientes, no amas, no te adormeces.
Porque
no entiendes la felicidad sin su hermana,
melancolía
que florece en tu indolente rostro,
ejemplo
de una melodía infinita, siempre resurgida del olvido,
debilidad
esperanzadora de tanta añoranza vacía.
La
tristeza, que tiznan tus ojos de soledad perpetua,
crean
vanidad casi extinta de unánime contemplación,
constantemente
eterno y perdurable recuerdo de ti misma.
No
te hallarás nunca, alma mía, sin tu exigua reminiscencia,
por
los intervalos tu película térmica, anda la pasión inexorable,
atenta
siempre al vals de las almas perdidas por su misma existencia.
J.
Poveda
dedicado a Ainhoa, mi actual musa =)
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