Negro...
Como el mar en calma,
sin ganas de criticar a la lúgubre Luna,
como el misericordioso carbón...
¡Así te veo!
Con un corazón en llamas,
burlando a la muerte,
meciendo la cuna
tan infantil como lo sea.
¡Así te veo!
En blanco quedo,
en desespero me sumo
sinceramente, ¿no es?
Demasiadas confidencias.
¡Así te veo!
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